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domingo, 3 de febrero de 2013

Cuenta una antigua fábula hindú, que hubo una vez tres grandes sabios que embarcados en la exploración de los Misterios Universales decidieron salir en busca del “Sagrado Elefante Blanco” que para ellos representaba la VERDAD SUPREMA...


LA FÁBULA INDIA DEL ELEFANTE BLANCO

Cuenta una antigua fábula hindú, que hubo una vez tres grandes sabios que embarcados en la exploración de los Misterios Universales decidieron salir en busca del “Sagrado Elefante Blanco” que para ellos representaba la VERDAD SUPREMA. Los tres sabios tenían en común el defecto físico de ser ciegos, pero esto no les impedía avanzar guiados por sus otros sentidos y los poderosos ojos de su alma.

Lo buscaron en grandes ciudades, sin éxito, llegando finalmente, agotados, a un pueblecito humilde donde un anciano, al ser preguntado por ellos, les indicó el lugar donde hallarían ese elefante especial que estaban buscando.


Los tres ciegos anduvieron durante toda la mañana con todos sus sentidos aguzados al máximo, a excepción del sentido de la vista porque éste no lo poseían. Llegó la tarde y, aunque se encontraban exhaustos, siguieron buscando y por fin oyeron y olieron la presencia del “Sagrado Elefante Blanco”. Henchidos de emoción corrieron hacia él, que se encontraba tumbando plácidamente sobre un montón de hojas. Uno de los ancianos sabios se agarró fuertemente a su trompa, extasiado. Otro de los sabios ciegos se abrazó a las patas del paquidermo, con igual embeleso. Mientras el tercero rodeó tiernamente con ambos brazos una de las grandes orejas del animal

Cada uno de los sabios experimentó al entrar en contacto con el elefante sagrado un sinfín de emociones, de experiencias y sensaciones, tanto interiores como exteriores, con que los colmó la bendición del Sagrado Elefante Blanco.

Logrado esto, los tres sabios regresaron a su aldea donde se reunieron en una choza y allí compartieron las sensaciones y emociones que el encuentro con el elefante sagrado les había transmitido. Y entonces surgieron entre ellos vehementes discusiones sobre la “Verdad”. El anciano que tuvo cogida la trompa del paquidermo dijo:

—La “Verdad” es larga, rugosa y flexible.

El anciano que estuvo cogido a las patas del animal dijo:

—La “Verdad” no es así, la “Verdad” es dura y mediana, como un grueso tronco de árbol.

El anciano que tuvo en sus manos la oreja del paquidermo rechazó las explicaciones de los otros dos y dijo:

—Estáis equivocados: la “Verdad” es fina, amplia y se mueve con el viento.

Tras esta demostración de total desacuerdo, los tres sabios se fueron cada uno por su lado, visitaron muchos países y en todos ellos difundieron su “Verdad”. Los tres habían llegado a encontrar la Divinidad, pero no percibieron su amplitud, sino que se limitaron a experimentar una parte, no el Todo, por lo tanto, aunque sinceros y honestos en su prédica, erraron al expandirla, debido a su propia limitación mental. 

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